Se va abriendo la puerta que
huele a tierra mojada.
Se abre y siento que mi estómago
es de colores.
Potente verdor se respira en la
escalada
A tu almacén de medias sonrisas y
sensaciones.
Con el conjunto de las rimas sigo
sufriendo bajo tu yugo
De placeres que me dominan como
si fuera deseo prohibido.
Me abro paso en su maleza como
viento entre huecos.
Su calor es como mi centro y su
sensación es vuelo.
Su olor podría ser corto y cambio
entre mis dedos.
Las hojas me hacen llagas por las
que sale pudor,
Imaginación y un rico color que
se llama sonido.
La suavidad tiene en ti su templo
y su ejemplo.
Yo tengo en esto lo que algunos
llaman sueño.
A escondidas soy canción que
recorre tus adentros.
De manera sencilla te digo que
vengas.
No hay más placer que la
sinceridad explícita
Ni mayor esplendor que las
rendijas de tus círculos.
Basta ya de malabares con los
misterios de las mentes.
Esto consiste en abrir los brazos
hacia arriba,
Sentir que puedes, que debes, que
quieres, que sabes,
Que intuyes, que sonríes por, que
mueres por las ganas de volar.
Yo a veces muero por tantas cosas
que el “a veces” acaba siendo siempre.
Esta noche muero por una cosa que
hace que mi nervio calme.
Que hablen los besos que se
expresan mejor.
Sergio Rodríguez.
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