jueves, 13 de septiembre de 2012

Nervios.


Esas ganas de ganar que superan expectativas.
Las ganancias esperadas son tus semillas.
Llenar una copa de suavidad y para dentro,
De un trago, de compañeros el viento y el silencio.

Desde mi orilla estoy dejando huellas en la arena
El viento las borra, solo veo donde acabo de pisar.
Mis cosquillas van con ese viento y al ver cómo disfrutas
Borrarán las tuyas, todo esto como jóvenes suicidas.

Y vuelve esa caja de madera a alegrarme la tarde.
Aún no sé como lo hago, entro en escena y ya.
Es como gritar al agua de un río que pare.
Es como que no hago ni caso de lo que hablen.

Es por esto y por lo otro, por eso y por aquello,
Por lo que por las noches intento no mirar hacia el suelo.
A trompicones la gloria sigue siendo posible;
Unos van descalzos, otros con botas, yo a veces me caigo.
No tengo la culpa de causar estragos en la noche
Y que luego, al día, sólo se oigan los pájaros en el nido.

Me sobran motivos para estar contento porque antes los he tenido para morirme.
Las miradas verdes son como empujes que recargan la luz de la mente.
Quiero tenerlas siempre para estar siempre encendido, y brillar hasta matarme.              
Si me pierdo mirando al cielo en la serranía de tu cuello y grito cállame.

Sergio Rodríguez.

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