lunes, 24 de septiembre de 2012

Rutina dulce.


Mírame, aquí estoy muriendo por un detalle
Y por la sabiduría de la gente, de las mentes.
No me muevas que a la mínima se me sale
El corazón. Late fuerte y mi cara sonríe.
“Es cuestión de peso” y de besos.

Está goteando el rocío, y yo con él.
Y yo con él me deslizo entre asfalto.
Agusto entre pasos y hombros de sostén.
Podría ser que el amanecer sea rojo.
Pudiera ser que se me tachara de cobarde,
Pero esta noche estoy valiente, austero.
Entre lujos, simple, es mi pasión por el arte
De pensar, sentir, maldecir y atreverse.

Tengo los bolsillos tan llenos de cosas en el aire
Y tengo tantas notas entre los dedos
Que me hago canciones entre estaciones.
Gustan las ojeras cuyo origen son los versos.

Podría sacar tu fiera con que solo dijeras: tú.

Sergio Rodríguez.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Rendija de luz.


Se va abriendo la puerta que huele a tierra mojada.
Se abre y siento que mi estómago es de colores.
Potente verdor se respira en la escalada
A tu almacén de medias sonrisas y sensaciones.

Con el conjunto de las rimas sigo sufriendo bajo tu yugo
De placeres que me dominan como si fuera deseo prohibido.
Me abro paso en su maleza como viento entre huecos.
Su calor es como mi centro y su sensación es vuelo.
Su olor podría ser corto y cambio entre mis dedos.
Las hojas me hacen llagas por las que sale pudor,
Imaginación y un rico color que se llama sonido.
La suavidad tiene en ti su templo y su ejemplo.
Yo tengo en esto lo que algunos llaman sueño.

A escondidas soy canción que recorre tus adentros.
De manera sencilla te digo que vengas.
No hay más placer que la sinceridad explícita
Ni mayor esplendor que las rendijas de tus círculos.

Basta ya de malabares con los misterios de las mentes.
Esto consiste en abrir los brazos hacia arriba,
Sentir que puedes, que debes, que quieres, que sabes,
Que intuyes, que sonríes por, que mueres por las ganas de volar.

Yo a veces muero por tantas cosas que el “a veces” acaba siendo siempre.
Esta noche muero por una cosa que hace que mi nervio calme.

Que hablen los besos que se expresan mejor.

Sergio Rodríguez.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Nervios.


Esas ganas de ganar que superan expectativas.
Las ganancias esperadas son tus semillas.
Llenar una copa de suavidad y para dentro,
De un trago, de compañeros el viento y el silencio.

Desde mi orilla estoy dejando huellas en la arena
El viento las borra, solo veo donde acabo de pisar.
Mis cosquillas van con ese viento y al ver cómo disfrutas
Borrarán las tuyas, todo esto como jóvenes suicidas.

Y vuelve esa caja de madera a alegrarme la tarde.
Aún no sé como lo hago, entro en escena y ya.
Es como gritar al agua de un río que pare.
Es como que no hago ni caso de lo que hablen.

Es por esto y por lo otro, por eso y por aquello,
Por lo que por las noches intento no mirar hacia el suelo.
A trompicones la gloria sigue siendo posible;
Unos van descalzos, otros con botas, yo a veces me caigo.
No tengo la culpa de causar estragos en la noche
Y que luego, al día, sólo se oigan los pájaros en el nido.

Me sobran motivos para estar contento porque antes los he tenido para morirme.
Las miradas verdes son como empujes que recargan la luz de la mente.
Quiero tenerlas siempre para estar siempre encendido, y brillar hasta matarme.              
Si me pierdo mirando al cielo en la serranía de tu cuello y grito cállame.

Sergio Rodríguez.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Ojos como platos.


Va siendo la hora de, aullante sed, ponerme en mi sitio.
Cuando toca callarse, parlante escasez, en mis calles hablo.
Aún puedo controlarme, late y late, con un poco de ruido.
Si pudieras tocarme, desenfrénate, y quemármelo todo…
Este frió que me arde, otra vez, por no pisar tu sendero.

Espalda hacia atrás una aurora me para.
Dios observa y disfruta, te miro y sonrío.
No puedes bajar tan alto, a mi altura.
Música en el universo, Pitágoras, te creo.
Y a mí solo me creó un deseo humano.
A ti te creó el miedo a superar.

Quiero incandescente cada simple mañana
Y también cada sorprendente noche.
Y qué decir de mi querida tarde, soleada
En Invierno, y en Verano entorpece
Cada paso por asfalto y piedra, quema.
Como mi Andalucía, mi lugar ausente.

Palmas al aire, movimiento de pies y quiero bailar
En el estrecho de tus pechos que se estrechan al pasar.
Un taconeo binario y un movimiento geográfico, mira,
Desde mis ojos a tus adentros, qué gusto, casi sin tocar.

Sergio Rodríguez.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Explosión.


Caminando por mi sendero entre balas,
Entre palabras, entre cascadas, entre casas,
Entre juegos de luces de malabaristas,
Entre ideas revolucionarias de piratas.
Entre mis ojos y los tuyos no solo hay miradas.
Muero entre la rima y gozo entre las notas.
Disfruto con los colores  y en mi puño llagas,
De esquivar con fervor filosofías baratas.

Un aspaviento, brillo en los ojos, surca el cielo
El momento en el que suena el viento.
Sonríes, por la noche no hay que mirar hacia abajo.
Que me mareo, que te deseo, que me mareo, que te beso.
Que me desmayo, que me callas, que te callo,
Que ahora me voy y te sueño y después menudo caos.

Amarillo y azul, verde. Rojo y negro... emocionante.
Soy tan verde que a veces puedo ser granate.
Espérate. Una risa, dos risas, aquí se marca el convite.
Prefiero cabezas que puños para el combate.
Prefiero sábanas que pistolas para los amantes.
Soy aquel que disfruta con el despiste
Y si las musas se desvisten yo cojo y echo el cierre.

Sergio Rodríguez.