domingo, 30 de noviembre de 2014

En clandestinidad.

Soy minero en mi habitación.
Busco formas en las rocas
que me saquen de este aburrido renglón.
En la manos aparecen llagas
de supurar historias de presidio.
Pensé al llenarte de líneas que serías mi dibujo.
Pensé al dispararte versos que serías mi musa.
Pensé al destrozarte que serías mi grieta.
Olvidé que siempre escribo a deshora
y que tus lunas no paran en mi librería.

Llevo una careta de sonrisa permanente.
Cómo puedes creer que no existe
la sangría de versos incandescentes,
que escribo con flechazos en el aire,
cuando me excito al discernirte
en cualquier recodo de mi mente,
en algunas montañas de salitre,
dándome sal para enriquecerme
la piel y sacarme de mi podredumbre,
Cómo no puedes creer que grito sin mirarte,
que escribo esto no sé por qué,
que me resquebrajo las neuronas
pensando en cuándo apareció tu por qué.
Puedo salir corriendo pero no sin darme de bruces
con un cartel que dice: poetas fuera del edén.

Dame música, dame rock, que quiero escanciar
tu belleza radiante de tu belleza vistosa,
petrificada por un sistema basura.
Me la bebo de un trago, escarcha,
Saco mi escarcha porque me quema.
Saco otra botella por mí y mi vendetta.


Ya te echaba de menos, nadie.

Sergio Rodríguez 

lunes, 24 de noviembre de 2014

El último que se va a dormir.

Soy la chispa en tus ojos cuando llega la imaginación.
Soy tu piel erizada por una historia que te cuento.
Cómo vas a parar a un escritor ahora empedernido.
Soy nieto de un obrero traicionado por el sindicato,
de una abuela que hace huelga desde casa por su marido.
Tengo motivos de sobra para arrasar vuestro circo,
con mi verso, con el impulso de un animal en celo,
con la palabra, porque aún tengo fondo de demócrata,
con tretas, con argucia, con templanza por el momento.
Soy la lágrima que me brota del recuerdo.
Tengo el espíritu ateniense enconado en mi brazo.
Tengo la decisión, creo que es el momento,
Soy Sabino Cuadra sacando la ikurriña en el congreso.

Soy fruto del final de siglo, me crié en medio de la burbuja.
Tuvimos ilusión de clase media, esperanzas ilusas.
Ahora nos queda poco, yo leí, saqué la respuesta.
Mi dedo supo señalar, supo identificar la farsa.
Supe agarrar el conflicto, desentrañé las líneas
decisivas, descubrí qué garras oprimen nuestra tierra.
Esto es como el cine, una sucesión de fotogramas.
Unos no saben ni cómo empieza nuestra historia,
otros miran cada detalle, admiran cada trama,
cada gesto de solidaridad entre obreros en huelga,
cada desafío al imperio de cada escaramuza indígena.

No te rindas, no cedas,  sube alto tu estandarte.
Somos tela de araña que aún cree en los nadie.
Somos las preguntas correctas,  intransigentes
con la injusticia, somos energía de estudiante.
De la justicia equidistantes nuestras mentes
por el mundo, gritamos: ¡Libertad para el hombre!

Sergio Rodríguez.

jueves, 20 de noviembre de 2014

Caminante hubo camino, se sigue haciendo si se anda.


Hace tiempo que no escribo, una losa continua.
Ni sangras ni te miro, dice mi libreta.
Doy tumbos buscando una fuente de ideas
para que me derrame sobre la tierra,
que influya en otras fuentes, sembrador de siembra.
Dividirme y sentir tus acordes
desfibrilándome las entrañas.
Créeme, los cuentos no se cuentan por casualidad.
Mi cuento es inestable, como mi tela de araña
que lucha por buscarte, me hiere, me daña,
me moldea para recibirte, me cose el alma.
Cada herida una etapa, cada fracaso deja marca.
Mi espalda quiere llorar y yo sigo firme en mis diosas.
Y qué hay de las musas, se cansaron de mi pluma.
Se nubló mi cielo con nubes sin linternas.
Se cansaron de mis gritos entre las sábanas, joder,
el camino se abre y esta vez olvidé las amarras.

No voy a mentirme, vivo de ilusiones.
Toda mi rabia se esconde dentro de un puño cerrado.
Pero quizá un día lo habrá por ti, sí,
Después de haber superado mi crisis.
Sufriendo noches de catarsis, este es mi oasis.
Bienvenida al encanto de mi antítesis.
Puedes mirarlo desde lejos si crees en los sombreros,
De cerca si amas lo que hay debajo de ellos,
Tocarlo si insistes en los adentros,
Bañarte si quieres ser los ojos que lean un libro eterno.

Dime que darías tú por una idea.
Me brota la teoría por las piernas.
No todas mis salidas fueron ciertas.
No todos los detalles dan como resultado la vida.

Tengo limite en lo limitado, tengo corazón en lo fisiológico.
Mis cañones tienen mirilla, los latidos van sin rumbo fijo.
Podré coger un barco y volver a hundirme en el Egeo.
Deshacerme entre los libros de los filósofos.
Sé que caeré y moriré en ese hoyo, satisfecho de haber sido.

El papel me dio los aires, la vuelta de los trenes.
La aventura de los viajes que hace de mi mente un edén,
Mi patria, las personas corrientes, los lugares bellamente hirientes.
Y entre una corriente de pensamientos, de vaivenes,
En cualquier prado, me busco la fuerza de mis sienes.
Un vaso de agua para mi sedienta juventud.

Sergio Rodríguez.


"Yo soy mi enemigo y estoy de mi lado, aún sé desnudarme con la palabra." Vito de Sinkope.