jueves, 18 de octubre de 2012

Desarrollo.


Encogido, a oscuras, entre mi ombligo y los sentidos,
Cansado del frío, encontré llamas con motivos.
Mi olfato estaba apagado, el contacto fue encontrado
Por el tacto, ese sentido que por malvado no es olvidado.

-         -    Verás… tengo un nudo entre pecho y espalda. ¡No mires!
    Apaga la luz, siéntate y acércate, quiero que me desates…

Y se sentó, con toda su ventolera, a ponerme patas arriba
La casa entera. Y me intentó con cada una de sus maneras.
Yo, que a tumbos andaba con prisas y la mirada altiva,
Salí, como siempre, con esperanzas de escombreras.

-        -    Es una lazada fuerte pero está algo desgastada.
   Estoy harto de mirar al techo alrededor de nada.
   Créeme si te digo que ojalá puedas.

Y con mis andadas hice un camino sembrado de siembras
Sembradas con mis sinceridades y las más potentes aguas.
Así salieron semillas verdes con pelos como escarpias
Y ojos en cada nuca y sonrisas prendadas tan sólo de miradas.

-         -    Parece que me libero, sigue intentándolo, por favor.
    Si encuentras algún obstáculo, destrúyelo
    Y si existe algún dios cerca, derrócalo.
    Tienes mi permiso para regarlo todo.

Sergio Rodríguez.

domingo, 14 de octubre de 2012

Empezar.


Subo escalones perdido entre tu dulzura.
Aunque no veo siento que los cuerpos son locura.
Ando más loco que un bohemio entre la hermosura.
Se me escapan a bandazos las letras por cada calentura.

Pude asentir ante aquel lienzo blanco y pintar y empezar
A sentir mi ansiada paz mental, es como un sin respuesta
Y también un sin pregunta. A lo mío voy a por lo tuyo
Concienciado de que tomar conciencia de esta carrera
Es lo nuestro. Unas sesenta paradas por hora necesito
Junto a sesenta besos encadenados al paso de un minuto.
Así es como voy de cabeza a por cada segundo.

Hoy se puede observar el paso de la mente de un poeta.
Quiero que ese paso en mi mente sea un constante presente.
Evolución es ver la luz que entra mañanera en mi ventana
Y verla con otros ojos, ¡Que digo ver!, esclarecer
Las notas que por la sien me llegan hasta la mismísima arteria.
No hacen falta siete días para crear un mundo diferente.
Con un minuto basta para hacer crecer y medio para que en tu espalda
Pueda dibujar ríos con mis dedos y con los labios una corriente
Hacia tu sonrisa. Devoto de la religión de la historia, hazme.

Mi historia la hicieron unos pasos de un tamaño indefinido.
Por senderos tan gruesos que hoy sé que algunos fueron delgados.
Crezco al decir que el motivo de mi fuerza es desconocido.
Pues los caminos de los adentros son como los del destino, inciertos.


Sergio Rodríguez.

miércoles, 10 de octubre de 2012

En guardia.


Me senté en un Septiembre a mirar cómo llegaba un Abril.
Ahora me tumbo y escribo versos en tapas de barril
Con un poquito de ajetreo que tus besos me hacen sentir.
No puedo hacer caso de esa voz que me impide ir.

Alcanzado estoy, sabiendo el por qué, en el corazón
Por la marcha triunfal que me ofrecen esos pasitos.
Se puede causar mucho ruido intercambiando silencio.
Quiero que sepa que puedo crear terremotos
Con solo verla temblándome hasta el techo de los labios.

Hasta el mismo techo del mundo me llegan los pies.
No creo en deidades que me impidan paralizarme
De placer; Yo creo en lo que hay dentro de los hombres.
Mi jardín se quemó y con un par de versos se hizo fuerte.
Como ese cariz que tiene tan verde, ¡Que con suerte me agarre!
¡Y no me suelte!, ¡Y me lleve a ver este presente!, ¡No quiera que descuide!,                
¡No quiera que por este manantial pasen sombras que escuecen!,
¡No pueda pararme nadie!, ¡No pueda arraigarnos nadie!

Y así fue como se fueron tejiendo su comienzo, y surgieron las flores.
“¡Qué especiales!”, decían. “Como sus esencias, ¡Si son animales!”.
Qué esperáis los que a vuestras fuentes no acudís, pero nosotros sí.
Nada que abandonar y mucho que conquistar, ¡Como Cervantes!
Sombras de locura son hechos colaterales de las sublimes artes.
¿Algún día un molino hecho gigante nos podrá abatir?
Está casi listo este hidalgo dispuesto, por vos, a morir.

Sergio Rodríguez.

lunes, 8 de octubre de 2012

Mi refugio.


Ahora que parece que he parado un poco puedo meditar.
Con mis dedos y los tuyos podríamos tal vez jugar
A ese juego en el que viendo a las llamas crepitar
Puedes ver, y si gustas, incluso la más bella piel rasgar.
Con dedos corruptos los instintos más fieros querrán despertar
Y lo que un día pudo ser sueño con un poco de azar,
utopía, valentía y tempestad podrá, como la alegría, ser real.

No sé tejer, pero sí describirte en una bufanda de imaginación
Un amanecer en el siglo uno antes de muchos.
Con ella arroparnos enteros y dejar con gusto el frío para otros.
Pues el secreto puede ser lo más simple y complejo, una canción.
Una telaraña de notas que avanzan sembrando caos
Del que brotan vibraciones como soles y segundos como rayos.

Hablar sin saber es un placer que se utiliza muy alegre.
Unos versos son puñales que se clavan en corazones.
Jugar con ellos echándoles veneno ignorante
Es como mirar unos ojos y quedarse ausente.

El placer de enhebrar letras me consume, y consumo
Toda la droga que exista si sale de una cabeza.
Y me vuelvo a consumir por un latir del viento
Que me hace consumir más, más y más con suspicacia.
Aguanto y tambaleo en un vaivén de humo de pensamiento.
Un día ideas claras, duda, revolución y nuevo paradigma.

Hay gente a la que no le gustan las banderas de tela.
Mi bandera tiene tres colores y la llevo en la sangre,
Roja como el cielo a veces y como la vida si pasa eso que sabes.
Amarilla como ese resplandor que si abres te ciega
Y Morada como ese aire que coges cuando ves algo diferente.
Perdonadme si creo en lo hermoso de la idea.
Matarme si causo enfado entre vuestras vidas sin causa
Pero aquí me hallo con las estrellas expresándome.
Y gritad si sabéis que yo, firme, soy feliz lamiéndome si duele.

Sergio Rodríguez.

lunes, 1 de octubre de 2012

Aprieto fuerte.


Dar y recibir, entre océanos, mensajes en botella,
Y en el “Destino” embriagarnos con una de ellas.
Ya ciego me voy quedando con esta estrella
Aunque no veo el final del delta, es ella,
La que ve cosas donde otros no ven más allá.

Encontré la Primavera debajo de algo verde.
Se cruzó con un Otoño y dijeron: Aquí estamos.
Se comieron a besos y ahora solo quedan las hojas
Que con ahínco pasan de cabeza por el Invierno
Esperando a que no sea rojo el amanecer
Y poder ver y oler ese verdor y olor
En pleno esplendor, sonriendo por cascadas.

Me parten en mil trocitos estas ganas de superar.
Quiero hacerlo todo, sonreír y escribirlo a modo
Que te asomes y te asombres como si vieras mar.
Con tacto suave se estremece mi mente por contacto
De tus caderas y de tus ideas y acelero con mirar.

Esto es simple desenfreno.
Si supieras que quieto
Me muevo, que quemo
Por ti mi frío, que en silencio
Me callo y me hago
De fuera hacia dentro.
Pongo movimiento
Y tú el acento
Con encanto,
Sentimiento
Crescendo,
Viento.

Sergio Rodríguez.