sábado, 14 de marzo de 2015

Marea alta.

Retazos de recuerdos vividos entre estos bloques.
Tengo rastrojos de hormigón muy adentro.
Mi soledad que necesito para entender emociones.
Cuántas noches para saber qué trama ese ente
que se esconde, esquivo, debajo de tu sombrero.
Este intrépido quijote está dispuesto a derribar molinos. 
Pensando en la curiosa ecuación de besos igual a versos,
y viceversa.  

Dónde está ese cuerpo de ébano mutilando dogmas. 
Dónde está esa madera que nubla mi libreta.
Qué tipo de análisis puedo utilizar para esta historia.
Qué tipo de conjuro lanzar para asegurarme la victoria.
Me gusta romper cremalleras que no se dignan a bajar.
Si quiero sentirme joven puedo envejecer la ciudad.
Si quiero ser libre no me basta con quedarme en calma,
tengo que salir a pelear, a rescatar la importancia
de los que hoy son tratados como una marea sorda.

Me he manchado los pulmones con tu dióxido
y aquí sigo, bien, iluso, respirando y respirando,
creyendo poder aprisionarlo de nuevo.
Me salen carcajadas mientras observo el cielo.
Las lunas son aún más... son más, bañadas en azul. 
Cómo no me había dado cuenta, quizá estaba perdido
entre dos mundos que ahogaban, sonriendo, mi clamor.
Me gusta tumbarme con un calor que no tiene que ver conmigo. 

Sergio Rodríguez.

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