Ahora que parece que he parado un
poco puedo meditar.
Con mis dedos y los tuyos
podríamos tal vez jugar
A ese juego en el que viendo a
las llamas crepitar
Puedes ver, y si gustas, incluso
la más bella piel rasgar.
Con dedos corruptos los instintos
más fieros querrán despertar
Y lo que un día pudo ser sueño
con un poco de azar,
utopía, valentía y tempestad podrá,
como la alegría, ser real.
No sé tejer, pero sí describirte
en una bufanda de imaginación
Un amanecer en el siglo uno antes
de muchos.
Con ella arroparnos enteros y
dejar con gusto el frío para otros.
Pues el secreto puede ser lo más
simple y complejo, una canción.
Una telaraña de notas que avanzan
sembrando caos
Del que brotan vibraciones como
soles y segundos como rayos.
Hablar sin saber es un placer que
se utiliza muy alegre.
Unos versos son puñales que se
clavan en corazones.
Jugar con ellos echándoles veneno
ignorante
Es como mirar unos ojos y
quedarse ausente.
El placer de enhebrar letras me
consume, y consumo
Toda la droga que exista si sale
de una cabeza.
Y me vuelvo a consumir por un
latir del viento
Que me hace consumir más, más y
más con suspicacia.
Aguanto y tambaleo en un vaivén
de humo de pensamiento.
Un día ideas claras, duda,
revolución y nuevo paradigma.
Hay gente a la que no le gustan las
banderas de tela.
Mi bandera tiene tres colores y
la llevo en la sangre,
Roja como el cielo a veces y como
la vida si pasa eso que sabes.
Amarilla como ese resplandor que
si abres te ciega
Y Morada como ese aire que coges
cuando ves algo diferente.
Perdonadme si creo en lo hermoso
de la idea.
Matarme si causo enfado entre
vuestras vidas sin causa
Pero aquí me hallo con las
estrellas expresándome.
Y gritad si sabéis que yo, firme,
soy feliz lamiéndome si duele.
¡Qué maravilla! Me encanta
ResponderEliminar