jueves, 11 de junio de 2015

Ideas,ideas y más ideas.

Idealizo un buen retiro para un poeta.
Mi tesoro no está marcado con una cruz negra
en un mapa raído de manos resbaladizas.
Está marcado con un ojo de pantera
pintado con el carmín más ácido,
es decir, quema, y lo quemado es fruto
del choque brusco entre dos cuerpos,
uno a la velocidad del rayo y otro quieto.
Por eso la Luna vino corriendo
y me pilló en medio de mis aspavientos,
sentado, y me quemó todo el pecho.
Pues se tiró encima, como una loca,
buscando emocionada una puerta,
y en acto reflejo expulsé mis mejores versos.
A fuerza de quemar con los años,
o solo en un segundo, qué más da,
estoy lleno de ascuas y solo con soplar
ardo, como fuego de dragón, idealizado.
Me metió un tiro de sed directo en la cabeza
y aún sigo buscando agua pura
de ese triángulo de las Bermudas,
donde mi brújula no se queda rota
sino que señala al sur, porque qué mejor
sitio para jugar a las gatas
y los poetas que mi bella,
calurosa y artista Córdoba.

Mi naturaleza alfarera se desborda
con su barros, y me como sus costuras.
A veces quiero que mi vida se tiña
de su color argenta, y me pregunto con gracia:
¿Quién no quiere tener a la Luna en su cama?
Me respondo: ¿Quién tiene el alma
tan cargada de versos, experiencias,
inquietudes, ideas, sueños, sustancias,
recuerdos, conversaciones, llamaradas
de placer, para llenar ese hueco que deja
en el mundo su sonrisa, cuidada por estrellas?
No puedo evitar sonreír como un travieso,
Me deslizo, horadado, entre las princesas,
solo una diosa es capaz de disfrutar mi laberinto.
Pues cada calle contiene infinitud de filtros
y solo un cuerpo ígneo y una mente clara
puede domar y acariciar a mis bestias.
Estoy en medio de un gran salto
decidido a beberme su lago de plata.

Sergio Rodríguez.

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