lunes, 24 de noviembre de 2014

El último que se va a dormir.

Soy la chispa en tus ojos cuando llega la imaginación.
Soy tu piel erizada por una historia que te cuento.
Cómo vas a parar a un escritor ahora empedernido.
Soy nieto de un obrero traicionado por el sindicato,
de una abuela que hace huelga desde casa por su marido.
Tengo motivos de sobra para arrasar vuestro circo,
con mi verso, con el impulso de un animal en celo,
con la palabra, porque aún tengo fondo de demócrata,
con tretas, con argucia, con templanza por el momento.
Soy la lágrima que me brota del recuerdo.
Tengo el espíritu ateniense enconado en mi brazo.
Tengo la decisión, creo que es el momento,
Soy Sabino Cuadra sacando la ikurriña en el congreso.

Soy fruto del final de siglo, me crié en medio de la burbuja.
Tuvimos ilusión de clase media, esperanzas ilusas.
Ahora nos queda poco, yo leí, saqué la respuesta.
Mi dedo supo señalar, supo identificar la farsa.
Supe agarrar el conflicto, desentrañé las líneas
decisivas, descubrí qué garras oprimen nuestra tierra.
Esto es como el cine, una sucesión de fotogramas.
Unos no saben ni cómo empieza nuestra historia,
otros miran cada detalle, admiran cada trama,
cada gesto de solidaridad entre obreros en huelga,
cada desafío al imperio de cada escaramuza indígena.

No te rindas, no cedas,  sube alto tu estandarte.
Somos tela de araña que aún cree en los nadie.
Somos las preguntas correctas,  intransigentes
con la injusticia, somos energía de estudiante.
De la justicia equidistantes nuestras mentes
por el mundo, gritamos: ¡Libertad para el hombre!

Sergio Rodríguez.

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