jueves, 20 de noviembre de 2014

Caminante hubo camino, se sigue haciendo si se anda.


Hace tiempo que no escribo, una losa continua.
Ni sangras ni te miro, dice mi libreta.
Doy tumbos buscando una fuente de ideas
para que me derrame sobre la tierra,
que influya en otras fuentes, sembrador de siembra.
Dividirme y sentir tus acordes
desfibrilándome las entrañas.
Créeme, los cuentos no se cuentan por casualidad.
Mi cuento es inestable, como mi tela de araña
que lucha por buscarte, me hiere, me daña,
me moldea para recibirte, me cose el alma.
Cada herida una etapa, cada fracaso deja marca.
Mi espalda quiere llorar y yo sigo firme en mis diosas.
Y qué hay de las musas, se cansaron de mi pluma.
Se nubló mi cielo con nubes sin linternas.
Se cansaron de mis gritos entre las sábanas, joder,
el camino se abre y esta vez olvidé las amarras.

No voy a mentirme, vivo de ilusiones.
Toda mi rabia se esconde dentro de un puño cerrado.
Pero quizá un día lo habrá por ti, sí,
Después de haber superado mi crisis.
Sufriendo noches de catarsis, este es mi oasis.
Bienvenida al encanto de mi antítesis.
Puedes mirarlo desde lejos si crees en los sombreros,
De cerca si amas lo que hay debajo de ellos,
Tocarlo si insistes en los adentros,
Bañarte si quieres ser los ojos que lean un libro eterno.

Dime que darías tú por una idea.
Me brota la teoría por las piernas.
No todas mis salidas fueron ciertas.
No todos los detalles dan como resultado la vida.

Tengo limite en lo limitado, tengo corazón en lo fisiológico.
Mis cañones tienen mirilla, los latidos van sin rumbo fijo.
Podré coger un barco y volver a hundirme en el Egeo.
Deshacerme entre los libros de los filósofos.
Sé que caeré y moriré en ese hoyo, satisfecho de haber sido.

El papel me dio los aires, la vuelta de los trenes.
La aventura de los viajes que hace de mi mente un edén,
Mi patria, las personas corrientes, los lugares bellamente hirientes.
Y entre una corriente de pensamientos, de vaivenes,
En cualquier prado, me busco la fuerza de mis sienes.
Un vaso de agua para mi sedienta juventud.

Sergio Rodríguez.


"Yo soy mi enemigo y estoy de mi lado, aún sé desnudarme con la palabra." Vito de Sinkope.

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