Dicen que el
amor tiene más de una puerta.
Las voy
abriendo de una en una.
Pierdo el
sueño en cada impar
Y la cabeza
por brujería.
Pero caiga
que caiga el sudor,
Huya que
huya la lejanía,
Yo poeta sin
sabiduría
Digo que la
noche está más que abierta.
Liberado de
una jaula de dogmas fluyo más que pienso.
Me abro paso
a las malas entre el sopor más mundano:
Las miradas
en blanco que te funden el seso.
Más placer
en lo cotidiano y que muera a hierro el clero.
Me huelo a
revolución, señores, un vuelco histórico.
Vuelco hacia
la locura más interna que rezumo
Ásperas sonrisas.
Y yo recuperándome a mayor paso,
Que me
siento y no me siento, algo explícito.
Para qué más,
un poco de piel con piel y rumbo al barco.
Un sin
rumbo, eso soy. Un Sol por dentro y una luna por fuera,
Que así soy
sonriente, alegre, por si acaso el viento me llama,
Que me coja
sudando poemas, que me hacen falta.
Emponzoñé la
viña del señor con mi justicia.
Una lástima,
dije, la razón ahora en ella yacía.
Pero ahora
sé mirar más allá, ahora la belleza también es simple
Ahora puedo
ver el atardecer desde la carretera de un arcén.
Ahora tengo
una mirada vacía de ayer, con gotas de sed.
Una sed
controlada, una sed que podría arrasar monte.
Y mi sangre
roja que hierve, presente y para siempre.
Unas ganas
que me hacen de yunque en la batalla.
Porque si estoy
desarmado no muero, me reforjo la vida.
Por dos
estacadas al corazón perdí la guerra.
Pero ahora
juego en otra liga, en otra montaña.
Con un baile
machaqué de lleno a la avaricia.
Solté las
amarras del bote Destino. Libertad
Esa es mi
bandera multiplicada y sumada
Al vendaval
de arte y literatura renacidas
De una roca
sin fisuras, la trastienda de mi alma.
Sergio Rodríguez.
<<En
mi burra mando yo. Cuando quiero digo “Arre” y cuando quiero digo "So">> Vito Íñiguez.
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