domingo, 1 de diciembre de 2013

Charcos de agua clara.

Dicen que el amor tiene más de una puerta.
Las voy abriendo de una en una.
Pierdo el sueño en cada impar
Y la cabeza por brujería.
Pero caiga que caiga el sudor,
Huya que huya la lejanía,
Yo poeta sin sabiduría
Digo que la noche está más que abierta.

Liberado de una jaula de dogmas fluyo más que pienso.
Me abro paso a las malas entre el sopor más mundano:
Las miradas en blanco que te funden el seso.
Más placer en lo cotidiano y que muera a hierro el clero.
Me huelo a revolución, señores, un vuelco histórico.
Vuelco hacia la locura más interna que rezumo
Ásperas sonrisas. Y yo recuperándome a mayor paso,
Que me siento y no me siento, algo explícito.
Para qué más, un poco de piel con piel y rumbo al barco.

Un sin rumbo, eso soy. Un Sol por dentro y una luna por fuera,
Que así soy sonriente, alegre, por si acaso el viento me llama,
Que me coja sudando poemas, que me hacen falta.
Emponzoñé la viña del señor con mi justicia.
Una lástima, dije, la razón ahora en ella yacía.

Pero ahora sé mirar más allá, ahora la belleza también es simple
Ahora puedo ver el atardecer desde la carretera de un arcén.
Ahora tengo una mirada vacía de ayer, con gotas de sed.
Una sed controlada, una sed que podría arrasar monte.
Y mi sangre roja que hierve, presente y para siempre.

Unas ganas que me hacen de yunque en la batalla.
Porque si estoy desarmado no muero, me reforjo la vida.
Por dos estacadas al corazón perdí la guerra.
Pero ahora juego en otra liga, en otra montaña.

Con un baile machaqué de lleno a la avaricia.
Solté las amarras del bote Destino. Libertad
Esa es mi bandera multiplicada y sumada
Al vendaval de arte y literatura renacidas
De una roca sin fisuras, la trastienda de mi alma.
Sergio Rodríguez.

<<En mi burra mando yo. Cuando quiero digo “Arre” y cuando quiero digo "So">> Vito Íñiguez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario