Me siento y despacio veo pasar estaciones.
La vida me sonríe pero sólo a ratos.
Tengo un Joker metido entre las sienes
dispuesto al desborde de la quema de atajos.
A la cara, entre claros, te digo: toma asiento,
van a empezar los casos de placer y deseo.
Fiero me mantengo en la noche despierto.
Lluvia de faros, sonidos y gemidos por supuesto.
Hago pasarelas de miradas, sueño con el sostén
que me sostenga las risas, las cabezas, el sueño y la piel.
Aún tengo calma y sonrisa, no puedo ser tu rehén.
El día me aclama por brasas y luego voy con él.
A veces paro y escucho el murmullo entre canciones
de las coces de capullos que confunden amor con roces.
Los versos son oraciones con desorden y razones,
pueden cantarlos trovadores o miradas sin reproches.
Sergio Rodríguez.
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