domingo, 6 de julio de 2014

Palpitaciones.

Vuelvo, como un clásico, con mi rima de cloaca,
Con la sangre de mis muertos nutriéndome la escarcha.
Poesía digna de un suburbio, de miradas de odio.
Puños en alto, vamos, ejercitemos el músculo.

Podemos mirar hacia la orilla, evadirnos de la muerte,
O podemos volvernos hacia la ciudad.
Podemos incendiarla, consumirla en llamas.
Podemos hacer política utilizando “evidentes”.

Quiero que las calles rujan por su historia.
Quiero que mi patria aniquile a sus ladrones.
Quiero que la ciudadanía sienta su poder.
Quiero que corra la sangre en cada plaza.

Una lucha diaria, un esfuerzo constante.
Una bomba en cada maldito escaparate,
Rescatar de la humanidad el alma máter.
Es el momento de que la ira brote.

Es el momento de sacar los martillos.
Hay que destrozar y crear, destrozar y crear.
Me queman los dedos imaginando.
Cierro los puños con su mierda de caridad.

Es momento de sacar las hoces.
Que el campo grite, que la tierra se rebele
Contra sus amos, se acabó pagar sus heces.
Vamos a segar las vidas de los explotadores. 

Sergio Rodríguez.

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