Tengo que hacer parada en la
posada de esta noche.
Tengo las raíces llenas de
miseria a flor de piel.
Me pregunto si el destino dejará
correr a mi corcel.
Hoy se derrumbó la muralla, es
duro el tembleque
de la mente cuando no sabe a qué
aferrarse.
Me duele en el alma ver cómo me
deshojo
sin que nadie me vea, el techo
sigue frío
porque mi aliento ha decidido
volverse ridículo.
Dónde estás calor, dónde está tu
olor sedoso
que vulcaniza mis pasos; los
rayos del Sol
que calientan mi ser evadiendo
este desastre
que no para de golpearme, una y
otra vez
como si no hubiera tenido
bastante
con miles de peleas entre
gigantes.
Esta noche no hay guitarra que
calme mi pesar,
Solo un áspero llanto, bailando
macarra
Sobre los antes áridos paisajes
de espina.
Con qué brazo puedo aguantar esta
carga
Más pesada que una victoriosa
derrota.
Un llanto que me echa en cara su
ausencia.
No hay descanso en esta vida
frenética,
donde cada nueva noticia puede
destrozar la cabeza
a cualquier persona sensible, nos
enseñan indiferencia
Para que podamos sobrevivir a
esta locura.
Solo necesito algo de calma.
Sergio Rodríguez.